Carlos Sánchez Avendaño

Contestación al discurso de ingreso

RESPUESTA AL DISCURSO DE INCORPORACIÓN

DE D. CARLOS SÁNCHEZ AVENDAÑO

Carla Victoria Jara Murillo

Señor Dr. Víctor Manuel Sánchez Corrales, presidente de la Academia Costarricense de la Lengua, señores miembros de la Academia, señor Dr. Carlos Alberto Sánchez Avendaño, amigas y amigos que nos acompañan en este acto.

Me resulta difícil ponderar el júbilo que experimento al recibir a don Carlos Sánchez Avendaño como miembro de número de esta corporación. Me unen a él profundos sentimientos de respeto y admiración por los pueblos originarios que han habitado estos territorios desde tiempos inmemoriales y que hoy, a pesar de la dolorosa odisea por la que han bregado en los últimos quinientos años, continúan luchando por la supervivencia de sus tradiciones y su visión de mundo.

El doctor Sánchez Avendaño aborda en su discurso un problema complejísimo que requiere de un tratamiento riguroso: la relación entre la lengua propia de un pueblo y la lengua exógena impuesta por la cultura dominante. Esta lengua inicialmente extranjera, el español, que deviene en la lengua materna de los hispanoamericanos, la aprenden los miembros de las comunidades indígenas en condiciones extremadamente diversas. Los pueblos que estuvieron desde épocas tempranas en contacto estrecho con los hablantes de español lo adquirieron hasta el extremo de perder sus lenguas; es el caso del chorotega y el huetar, extintas desde el siglo xviii, y más tarde del brorán (o térraba) y el boruca, que lograron sobrevivir hasta finales del siglo xx. Los descendientes de estos pueblos tienen en la actualidad el español como lengua materna. Por lo tanto, el fenómeno del bilingüismo que ilustra don Carlos en su discurso compete propiamente a los pueblos que han conservado sus lenguas ancestrales hasta el presente, aunque con muy diversos grados de vitalidad: los bribris, cabécares, ngäbes y malecus. Así, en el censo nacional de 2011, en el cual se preguntó a los pobladores de los territorios indígenas si hablaban sus respectivas lenguas, se consigna que entre los bribris, la conservación ronda apenas el 55 %, mientras que entre los cabécares, la cifra es de 87,6 %, entre los ngäbes, del 78 %, y entre los malecus, del 67,5 %. Habrá que esperar el próximo censo, para ver si en estos diez años tales porcentajes han variado y en qué medida.

Ahora bien, lo que focaliza Sánchez Avendaño en su discurso es la percepción que se ha tenido sobre las variedades del español propias de los pueblos indígenas, señalando que

Ha operado la consideración de que el español que hablan esas poblaciones es “algo” aparte: un español de personas bilingües, un español como segunda lengua o, en el peor de los casos, un español “imperfecto”, no adquirido ni desarrollado por completo, pero en todo caso “algo” que pareciera no concebirse como parte del entramado de variedades lingüísticas que conforman el “español de Costa Rica”.

Esta conclusión, a la que llega el expositor después de una rigurosa inspección de las obras que tratan sobre el español de Costa Rica, llama a la reflexión e invita a su examen. Dicho recorrido le ha permitido identificar las características estereotipadas que se le ha atribuido al español hablado por indígenas, entre las cuales destaca el uso de los verbos en infinitivo en lugar de conjugados. Convincentemente muestra que si bien este rasgo aparece esporádicamente en el español de algunas personas indígenas, se ha exagerado notablemente, ¿y cómo no? Esa supuesta manera de hablar el español, usando los verbos sin conjugar, se les ha atribuido desde siempre a hablantes considerados primitivos por una élite dominante y etnocentrista, como se recordará de las viejas películas y series televisivas, donde se recurría constantemente a lo que algún comentarista español ha llamado el «Síndrome Tarzán»1. El Dr. Sánchez resume este prejuicio de manera magistral:

Desde esta perspectiva, un dato extraído de la realidad se sobrerrepresenta como epítome de esa habla concebida como extraña, desviante, rudimentaria y primitiva. Se trata, al fin y al cabo, de la misma forma como se hace hablar español en películas, libros, caricaturas, programas de televisión y chistes a todos aquellos cuya cultura se infravalora, con la intención de crear un efecto de comicidad.

Ante este bagaje de opiniones infundadas y reportes prejuiciados, se despliega una nueva concepción sobre cómo abordar la descripción de una variedad lingüística sociogeográfica, haciendo uso del instrumental que proporciona la disciplina lingüística, aproximación que dará cuenta no solo de los rasgos formales de esas variedades, sino que también aportará información valiosa para áreas de estudio concomitantes. Tal como lo expresa el nuevo académico,

…el español hablado por cada una de las poblaciones indígenas de alguna manera revela la historia de los asentamientos de grupos hispanohablantes en cada región, cual capas que se van superponiendo con cada migración y que nos ayudan a explicar algunas de las diferencias en el habla de las diversas generaciones.

En su vasta obra investigativa sobre las poblaciones indígenas del país, el Dr. Sánchez ha acometido esta tarea: la descripción sistemática y fundamentada de las variedades del español que se hablan en las comunidades indígenas costarricenses. Muestra de ello es su proyecto de investigación El español de los malecus: descripción de un etnolecto indocostarricense (Instituto de Investigaciones Lingüísticas de la Universidad de Costa Rica, 2013-2014), cuyo objetivo general fue:

Describir los principales rasgos fonológicos, morfosintácticos y léxicos del español hablado por los malecus, así como el probable nexo de tales rasgos con la interferencia de la lengua vernácula, la competencia lingüística en español y las características del español llevado por las distintas oleadas migratorias de hispanohablantes al territorio malecu, en correspondencia con las variables extralingüísticas “generación” y “poblado de procedencia”.

Como profesor universitario, ha incentivado la investigación en este campo al dirigir tesis de posgrado como «El sistema pronominal átono de tercera persona en el español de los noves de Costa Rica», de la M. L. Rebeca Marín Esquivel, y «Propuesta didáctica para el tratamiento de fenómenos gramaticales propios de la variedad de español de estudiantes universitarios bribris y cabécares en la escritura», del M. L. Luis Serrato Pineda.

Como investigador ha tenido una amplia participación en iniciativas internacionales dedicadas al estudio de variedades regionales del español, como el V Coloquio de cambio y variación lingüística, auspiciado por la Universidad Nacional Autónoma de México y realizado en 2016, en donde presentó la ponencia «¿Podés creer usted? Las formas de tratamiento híbridas en el español de grupos indígenas de Costa Rica»2. En el mismo año, en el VIII Congreso Internacional de la Cátedra Unesco para la lectura y la escritura, ofreció la conferencia plenaria «Escritura y lectura en las situaciones de contacto entre las lenguas indoamericanas y el español».

También debe destacarse la relevancia de su trabajo en los últimos años como miembro del proyecto internacional El español en contacto con otras lenguas, coordinado por la Dra. Azucena Palacios Alcaine, de la Universidad Autónoma de Madrid. Y no quiero dejar de mencionar algunas de las publicaciones donde se podrán encontrar más detalles de las investigaciones del Dr. Sánchez en este campo; me refiero a sus artículos: «Ticos auténticos…que no hablan español. Ideologías sobre las lenguas minoritarias y la diversidad lingüística de Costa Rica»3, «El sistema pronominal átono de tercera persona en el español hablado por los malecus de Costa Rica»4 y «Propiedades formales de codificación de participantes y cambios inducidos por contacto en el español hablado por los malecus»5.

Por último, resulta imprescindible mencionar su libro La cola de la iguana. El pueblo malecu ante el desplazamiento de su lengua y su cultura tradicional 6, en el que, entre una amplia gama de temas sobre la situación sociocultural y sociolingüística de este pueblo, encontramos también la perspectiva desde la cual los malecus perciben y analizan la relación entre su lengua ancestral y la lengua extranjera que les fue impuesta. Considero que es esta la investigación más completa y rigurosa que se haya realizado en el país sobre la ecolingüística de un pueblo indocostarricense. Hablo de ecolingüística en su sentido más general, como la ciencia de las interacciones entre la lengua y el mundo. Es, además, el único estudio hasta la fecha sobre las ideologías lingüísticas de uno de estos pueblos.

Por todos sus valiosos aportes a la lingüística tanto hispánica como indígena de nuestro país, no puedo sino sentirme orgullosa de contar con don Carlos Alberto Sánchez Avendaño como colega en nuestra Academia Costarricense de la Lengua, en cuyo nombre le ofrezco la más cordial bienvenida.


  1. Sergio Pamies, «Tarzán español». El País, Revista de Verano, 22 de agosto de 2033. https://elpais.com/diario/2003/08/23/revistaverano/1061589618_850215.html↩︎

  2. Sánchez Avendaño, C. (2017). «¿Podés creer usted?: sobre las formas de tratamiento híbridas en el español de los malecus de Costa Rica». En A. Palacios (Coord.). (2017). Variación y cambio lingüístico en situaciones de contacto. Iberoamericana.↩︎

  3. Sánchez Avendaño, C. (2013). «Ticos auténticos… que no hablan español. Ideologías sobre las lenguas minoritarias y la diversidad lingüística de Costa Rica». Revista de Filología y Lingüística 39 (2).↩︎

  4. Sánchez Avendaño, C. (2015). «El sistema pronominal átono de tercera persona en el español hablado por los malecus de Costa Rica», Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación 61.↩︎

  5. Sánchez Avendaño, C. (2015). «Propiedades formales de codificación de participantes y cambios inducidos por contacto en el español hablado por los malecus». Revista de Filología y Lingüística 41 (2).↩︎

  6. Sánchez Avendaño, C. (2015). La cola de la iguana. El pueblo malecu ante el desplazamiento de su lengua y su cultura tradicional. Editorial Universidad de Costa Rica.↩︎